PETTORUTI EN MALBA
05/05/2022
Emilio Pettoruti nace en La Plata en 1892, y fallece en Paris en 1971.
En 1913 viaja a Italia becado por el gobierno bonaerense, radicándose en Florencia . Allí toma contacto con el futurismo italiano, realizando al mismo tiempo vitrales y mosaicos cuyos bocetos fueron expuestos en su muestra en 1916.
En la década del 20, la modernidad irrumpe como un estilo cultural en Buenos Aires. Hubo un espíritu de transformación que surge de los cambios sociales, la tecnología, el desarrollo urbano y las innovaciones en el campo artístico. Todo este bagaje influye decididamente en Pettoruti, que regresa a Buenos Aires en 1924. En ese año, realiza su primera exposición en la galería Witcomb, acontecimiento que provocó un escándalo que excedió los umbrales del arte, sacudiendo a una sociedad atada a ideas aun tradicionales, que sintió y demostró un fuerte rechazo por el arte del maestro.
Pettoruti era ya por entonces un artista de renombre internacional, reconocido en Europa, que supo elaborar un verdadero lenguaje contemporáneo a pesar de sus raíces clásicas que supo conciliar con absoluta destreza pictórica.
“La canción del pueblo”, una magnífica obra que pertenece a la colección del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), fue pintada por Pettoruti en 1927. Fue expuesta en la muestra realizada en la Galería Witcomb en 1924. Tres personajes ocupan el plano bidimensional de solo 67,4 x 58,4 cm, dejando solo al fondo un espacio donde aparece la ciudad moderna como testigo. Los instrumentos musicales se destacan en primer plano, con absolutas reminiscencias figurativas. El tango, protagonista de la escena, aflora silencioso tras los juegos de luces y sombras que van construyendo geométricamente el espacio.
Si bien Pettoruti conoció a Juan Gris e investigó y fue contemporáneo del cubismo, no podemos enrolarlo definitivamente en este movimiento. La fragmentación total de los objetos y de las figuras, así como la inclusión del factor tiempo, no se manifiestan completamente en la obra del maestro platense. Utiliza parte de los recursos cubistas conservando un estilo propio y absolutamente original, donde se destacan siempre su esmerado oficio y su técnica exquisita. Esta gran obra integra una de sus series más importantes, donde la síntesis se asocia definitivamente al dibujo preciso, logrando un figurativismo de vanguardia con ciertas reminiscencias clasicistas.
Aunque en este momento la obra no se encuentra expuesta en las salas de Malba, podemos destacar la calidad de esta pieza, adquirida en 1993 por la Fundación Costantini, como tantas otras, en subasta pública en un hotel de ventas de nuestra ciudad..
SONIA DECKER